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Algunas fotos de los fantásticos paisajes del Valle Hermoso. Detrás de Las Leñas, un camino de ripio recorre la cordillera por dentro y nos transporta a vistas y sensaciones salidas de la mente de Tolkien al crear la tierra media. Que las disfruten.

Hoy les presento a Pedro. El es lonco en la comunidad mapuche de Malargue. Vive en lo que la mayoría conoce como «Castillos de Pincheira» pero ellos llaman por su nombre original mapuche «Malal Ko». Pedro nos recibió en la Ruca (vivienda tradicional mapuche) que estaba terminando de construir y mate de por medio nos contó mucho sobre su cultura y costumbres que están trabajando para recuperar.

El pueblo mapuche está atravesando actualmente un proceso de reconocimiento y reencuentro con sus tradiciones y valores. Pedro nos cuenta como el está custodiando la zona. Malal Ko es un valle hermoso, donde se instaló un camping que no respeta la manera mapuche de relacionarse con la naturaleza. Por ejemplo, cambiaron el curso del rio para acomodar su camping. Es por eso que la comunidad está luchando para recuperar esas tierras y administrar la explotación turística ellos mismos. Su primer medida sería sacar el puente que construyeron. Mucha gente ve los «Castillos de Pincheira» como una hermosa atracción pero para ellos es un lugar sagrado y como tal debe ser conservado.

Valle Malal Ko

Entre mate y mate siguió la charla. Después nos dijo que tenía que ir a buscar a sus ovejas y nos invitó a caminar un rato. En la caminata nos mostró sitios para rituales, hierbas usadas para curar y nos contó muchas historias del lugar. Yo le pregunté que sentía por ejemplo cuando alguien cambiaba el curso de un rio para sacar redito económico. Su respuesta resonó un mi cabeza por un largo rato, mientras manejaba de regreso a Malargue: «No me interesa la venganza, ni guardo rencor. Porque para nosotros los mapuches, lo que pasó, pasó porque tenía que pasar. No importa el pasado, sino lo que viene».

Pedro

Foto Valle: Gonzalo Pardo

Foto Pedro: Cooper&Gorfer

Esta es la primera entrega de esta nueva sección llamada ¨Personas de mi País¨, que nace a partir de las personas que abrieron sus vidas e historias durante el viaje que realicé con Project Seek. La idea es mostrarles algunas fotos que sacaron Nina y Sarah y contarles un poco mi visión o experiencia con estás personas que nos recibieron tan bien en diferentes partes de nuestro país. Con suerte, esto será solo el comienzo y en el futuro podremos conoces muchas más personas de nuestro país.

Hoy les presento a Doña Clorinda. Empecemos por decir que Gabi, del Eco Hostel Malargüe, me comentó de Doña Clorinda, a quien conoció porque tenía un ejemplar embalsamado de un roedor que los investigadores no ven hace aproximadamente 10 años. Ella lo mato porque peleaba con los perros y lo embalsamó. Y así fue como escuchamos por primera vez de Doña Clorinda, que vive en un puesto cerca de Mina Ethel cuidando su ganado y sus nietos.
El primer paso fue avisarle que ibamos. Entonces Gabi nos propuso mandarle un mensaje por la radio. En muchas áreas rurales todavía es común el uso de los anuncios por radio. Entonces anunciamos nuestra visita durante 2 días en AM, con la esperanza que Doña Clorinda espere nuestra llegada.
Dos días después emprendimos viaje, con un mapa muy básico en la mano y un cajón de verduras. Algo que aprendí en este viaje es que para la gente que vive en zonas aisladas, un pequeño gesto, puede significar mucho. Por eso, siempre es válido llevar algo a lo que esas personas no tienen fácil acceso. No es una cuestión de dinero, vale aclarar. Simplemente imaginen vivir en el medio del campo, qué darían por una fruta o verdura fresca? Las cosas que uno da por sentado, son valiosisimas cuando la lejanía de la civilización crece.
Después de 180kms de camino de ripio y algunas paradas a preguntar, llegamos al puesto de Doña Clorinda.
Afortunadamente, nos estaba esperando. Era una posibilidad real que estuviera recorriendo el campo y nos perdiesemos la chance de conocerla. Pero ahí estaba, no porque ella hubiera escuchado nuestro mensaje, sino porque una persona de un puesto cercano que si lo escucho, le aviso que alguien venía.

Nos recibió con una naturalidad increíble. Nos abrió su casa y entre mate y mate, empezamos a charlar. Doña Clorinda vivió en Lomas Moras desde que se casó. No fue a la escuela y solo fue a algún pueblo para visitar el registro civil o votar. Ahora con 78 años, ya no está obligada a votar y eso para ella es un alivio por ahorrarse el viaje.

Hablamos de política y nos dice que para ella es todo lo mismo. La única diferencia es el nombre del que nombran en la radio. No siente que ni lo bueno ni lo malo lleguen a encontrarla ahí. Traducir es una experiencia sorprendente. La distancia no está solo en el lenguaje, sino en mundos que están separados casi por, al menos, medio siglo.

Mientras charlamos varios de los nietos juegan alrededor nuestro, nos hacen preguntas y un par hasta se rien de la idea de ser fotografiados. Así que salimos de la casa para hacer algunas fotos. La forma de trabajar de Sarah y Nina es muy interesante. Ellas primero entrevistan para luego intentar interpretar las historias de las personas a través de su fotografía. Acá van algunas de las que sacaron ese día:

Entre fotos y juegos, se fue la tarde. Volvimos a entrar a la casa y tomamos unos mates mientras Nina les mostraba las fotos a todos.

Con la promesa de hacerle llegar la foto en la que está con sus nietos, nos despedimos de Doña Clorinda y toda su familia. Manejamos varias horas antes de volver a un lugar poblado. Y mientras Doña Clorinda sigue ahí, en Lomas Moras, esperando con un mate caliente a quien quiera visitarla.

Fotos: Cooper&Gorfer

Bueno, por primera vez en los 15 días que llevamos viajando tengo un rato para contarles un poco como marcha la cuestión.

Por el momento ya atravesamos las siguientes provincias al ritmo de entrevistas y sesiones de fotos: Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza.

Hacia el norte llegamos hasta Abra Pampa, pasando por muchos pueblitos y conociendo muchísima gente interesante que nos abrió las puertas. Pasamos entre otros lugares por Tilcara, Purmamarca y Humahuaca. También tuvimos la suerte de compartir el Carnaval de Flores en Jueya, un pueblito muy chiquito donde nos invitaron a diferentes casas, por las que la comparsa iba paseando, a tomar chicha y escuchar como copleaban.

En estos 15 días estuvimos en contacto con gente de todo tipo, que nos compartió sus historias y su vida.

Impresionante experiencia tuvimos en Purmamarca, donde nos recibieron en el colegio y tuvimos la posibilidad de charlar con los chicos de 6to grado. Los enanos nos masacraron a preguntas, se fascinaron con el libro de Sarah y Nina, nos contaron muchas cosas de sus vidas y jugaron para las camara con una alegría y naturalidad increíble.

También disfrutamos de la imponente Salina Grande en Jujuy, donde pudimos charlar con los trabajadores de la cooperativa y conocer su modo de vida.

El viaje sigue y ya estamos en Malargüe donde nos esperan varias entrevistas con gente de comunidades mapuches, puesteros que vienen bajando con el ganado desde la montaña junto con la llegada del otoño y la siempre imponente naturaleza de esta hermosa zona mendocina.

Entre las labores desarrolladas por el momento están: Interprete / Productor / Asistente / Chofer / Burrito de Carga / Modelo para prueba de iluminación / Domador de llamas / Cuidador de bebes / Y mucho más…

Para que esto no sea solo lectura, van algunas fotos del backstage del viaje.

Mateando durante una sesión de fotos

 

Asistiendo durante una sesión en Tilcara

 

Domando a Moro, la llama, para una sesión en Tilcara

 

Fui usado para probar iluminación ( la modelo era mucho más bajita que yo)

Y finalmente les presento a las chicas de Project Seek:

Con Nina

 

Con Sarah

 

Castillos de Pincheira

Publicado: 31 enero, 2011 en Fotos, viajes
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Va una foto del valle que se ve desde los Castillos de Pincheira en Malargüe.

Volcán Malacara

Publicado: 23 enero, 2011 en Fotos, viajes
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Un adelanto del Volcán Mala Cara. Dos fotos del interior del volcán y una mía subiendo. La primera es de la cárcava «Tito Alba», nombre que se debe a una lechuza Blanca que habita la zona. La segunda es la cárcava de «los Puentes», llamada así por la gran cantidad de piedras volcánicas que han caído por la erosión y quedaron colgando por encima del camino.

Aves Malargüinas

Publicado: 21 enero, 2011 en Fotos, viajes
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Van algunas fotos de la cosecha en observación de aves que hice en mis días en Malargüe:

 

La Payunia – Malargüe

Publicado: 18 enero, 2011 en Fotos, viajes
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Tengo tantas fotos de estos últimos días que se me complica elegir y retocar cuando aún me encuentro en pleno viaje.

Así que va un pequeño adelanto para que vean un poco lo que es este maravilloso lugar llamado Payunia. También los invito a leer esto que escribí sobre esta hermosa reserva provincial hace unos años.

No se cómo hacer para ser lo suficientemente enfático en decirles que tienen que venir a Malargüe, y conocer entre otras maravillas, este lugar.

Van un par de fotos:


Esto es un adelanto. Ya vendrá más…

Malargüe, tierra de volcanes

Publicado: 16 enero, 2011 en viajes
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Esto lo escribí en el 2006 para la revista LatinBackpackers. Lo publico hoy porque mañana volveré a la Payunia una vez más.

Nuestra única escolta era la polvareda que perseguía con tenacidad incesante la camioneta que nos llevaba por caminos de ripio, principalmente transitados por camionetas de las empresas petroleras. El paisaje era en principio chato, aunque en el horizonte ya se divisaban algunos de los cientos de volcanes de la Reserva Natural ProvincialLa Payunia. Es increíble la velocidad con la que cambia la vista en este lugar. En tan solo un par de kilómetros, se pueden transitar áreas de roca volcánica, otras con diferentes colores de la tierra o con la típica vegetación baja de la estepa.

La ruta 40 nos llevó durante un largo rato siguiendo el cauce del Río Grande. Y nuestra primera parada del día fue justo sobre él, en un lugar hermoso llamado “La Pasarela”. El río se mete en una suerte de embudo de altas paredes de roca volcánica y su caudal, encerrado entre las mismas, corre enfurecido. Salgo del camino y empiezo a caminar entre formaciones rocosas de diversas formas. Es un lugar fascinante, y al llegar al borde y escuchar la furia del agua, mi corazón se detiene por un instante. Me quedaría un rato más disfrutando de eso, pero me llaman porque hay que seguir camino. En ese momento, salimos de la ruta 40 y nos adentramos en un camino muy estrecho que se extendía a través de la estepa.

Mientras nos alejábamos, nuestra guía, la adorable Dora, nos mostró un pico. Era la Punilla Huincan, donde cuenta la leyenda que un cacique Pehuenche fue enterrado junto con un gran tesoro, y aunque mucha gente lo ha buscado, nadie lo ha podido encontrar. A partir de ahí empezaron a aparecer esporádicamente algunos pozos de petróleo, que serían compañeros cada vez en mayor medida, durante el resto del camino. En el horizonte se veían muchísimos volcanes de diferentes tamaños. Parecía que todos querían asomar la cabeza, ninguno quería ser menos. La vista era impactante, en los más grandes se podían ver los restos de lava de erupciones que habían sucedido miles y miles de años atrás. Traté de imaginarme cómo sería esa zona cuando los volcanes estaban activos, pero no pude. Es tal la magnitud y la fuerza de esas formaciones que creo que es imposible darse cuenta el poder que guardan en sus entrañas. Ahora se ven pacíficos, están durmiendo, pero uno no puedo evitar mirarlos con respeto. Hay cerca de 800 volcanes en la Reserva Natural La Payunia y es una de las zonas más pobladas en toda América del Sur.

Llegamos a la casa de un puestero en el medio de la nada, donde hicimos una parada para tomar algo. Me resulta tan difícil imaginarme la vida ahí, y mientras miro al puestero pienso que no duraría dos días en la gran ciudad. Pero me sale una carcajada al darme cuenta que yo tampoco aguantaría viviendo ahí. Quien es más feliz? No puedo decidirlo, pero hay algo en la simpleza de su modo de vida y la tranquilidad de este lugar que me hace darme cuenta que probablemente él. Después de un desayuno al paso, seguimos camino. Ya empezábamos a adentrarnos en plena área de volcanes y la vista era espectacular. El Payún Matrú, el Payún Liso, la Herradura, el Cerro Fortunoso y muchos otros nos sorprendían constantemente. Pero lo más impactante fue llegar a lo que llaman las Pampas Negras, una zona de residuos volcánicos negros que llegan hasta donde alcanza la vista. Solo interrumpidos por algunos pastizales amarillos que generan un contraste bellísimo. Están formados por millones de fragmentos de una roca llamada lapili y por momentos da la sensación de que todo estuviera asfaltado. Me hizo acordar a la Salina Grande, en el norte, pero en vez de blanco el piso era negro. Fue sobre las Pampas Negras donde doblamos y nos salimos del camino principal. Siguiendo lo que apenas era una huella, empezamos a recorrerlas. Después de un largo rato, llegamos a nuestro destino, la boca del Volcán Morado. Uno de los lados de la boca está derrumbada, lo que genera una imagen espectacular. Fue ahí donde nos bajamos de la camioneta y empezamos la caminata hacia la cima del volcán. Nos acercamos lo más posible a la boca y me quedé parado ahí un rato pensando. Ahí entendí muchas cosas sobre las catástrofes con volcanes a lo largo de la historia, ya que me di cuenta que sería imposible escapar ante la furia de una erupción. Nos subimos a la camioneta y de a poco emprendimos el regreso. Entre mates, chistes y canto con los compañeros de viaje, lo hicimos mucho más ameno. Es que estábamos todos muy impacientes, sabíamos que a la vuelta, en el Hostel Internacional Malargüe nos esperaba un delicioso chivito al horno de barro. Así que, tras la llegada y una fugaz ducha, emprendimos una noche que terminaría cerca de las 4 de la mañana. Entre vino, polémicos partidos de truco y el excepcional chivito, del que todos comimos inclusive cuando ya no teníamos más hambre, la noche se fue extinguiendo. Al otro día era mi momento de partir, pero con la sensación de que Malargüe aun guarda muchas cosas para mí. Sin ir más lejos al despertarme recibí la visita de uno de los típicos amaneceres malargüinos y mientras me alejaba, nos prometimos un nuevo encuentro.

Escapada Malargüe – Día 2

Publicado: 16 enero, 2011 en Fotos, viajes
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Ayer decidimos visitar Valle Hermoso. Solo voy a decir que volveré antes de finalizar el viaje y que el Valle hace honor a su nombre.

Dejo un par de fotos:

(Ningún Chivo fue comido durante esta producción)

Laguna de la Niña Encantada

Camino a Valle Hermoso